Las empresas ya se agrupan para emitir certificados profesionales que acreditan algunas de las habilidades que requiere el nuevo mercado laboral

Según las Perspectivas económicas de la OCDE, en su Informe provisional de septiembre de 2020, este año todos los países del G20, con la excepción de China, habrán sufrido una considerable recesión. En muchos países se prevé que a finales de 2021 la producción siga estando por debajo de los niveles que teníamos en diciembre de 2019 y muy por debajo de lo proyectado antes de la pandemia.

En otro de sus informes, El impacto de COVID-19 en la educación: Perspectivas de la educación de un vistazo 2020, partiendo de las regresiones de crecimiento histórico para estimar el impacto económico a largo plazo realizadas por Hanushek y Woessman, indica que el haber perdido un tercio del año escolar los estudiantes no han adquirido las habilidades necesarias relacionadas para la productividad laboral, pudiendo ralentizarla.

Obviamente, no estoy de acuerdo porque no todas las habilidades y competencias para la vida laboral se adquieren en el centro educativo. Es más, actualmente, buena parte de ellas, especialmente aquellas que están relacionadas con las nuevas profesiones, se adquieren fuera de ellos.

De hecho, algunas empresas ya emite certificados profesionales sobre estas materias, impartidas en un tiempo y con un coste mucho menor que las universidades, con vinculación automática a una bolsa de trabajo a nivel mundial. Precisamente estos días, en este sentido, partiendo de la base de que el talento hay que buscarlo a nivel mundial y no solo local, Facebook se ha asociado con Coursera para lanzar el curso con certificado profesional de marketing en redes sociales, El curso se inicia este días y, en pocas horas, tiene ya más de 2000 inscritos.

Estamos incursos en una época de cambios profundos en el funcionamiento de la sociedad propiciado por las herramientas tecnológicas disponibles en nuestro entorno. Obtener un certificado profesional de materias específicas será una necesidad cada vez mayor en la nueva economía y, por ello, la formación reglada tendrá que reaccionar de manera rápida y ágil. La reforma es más que urgente, entre otras cosas porque una parte muy importante de la fuerza laboral actual no tiene estudios de carácter universitario ni formaciòn específica en las materias que se prevé serán demandadas. Y ni empresa ni trabajadores van a poder permitirse una formación de cuatro o cinco años para tener un título que garantice que se dispone de la formación.

En un mundo el que todo va rápido, la velocidad de adaptación al entorno es clave. Hasta ahora, son las empresas que ofrecen MOOC las que están abriendo camino. Ofrecen formación virtual asíncrona, que permite la conciliación laboral y familiar, en soporte video, con interacción, autoevaluación, apoyo de las comunidades de práctica, adaptabilidad al nuevo mercado laboral, en estrecha colaboración con las principales empresas y universidades y sin unos rígidos requisitos de acceso.

Tienen ante sí un mercado potencial de estudiantes procedentes de zonas tecnológicamente deprimidas, a los que este formato les permite acceder a un conocimiento actualizado y adquirir las habilidades que de otra manera sería imposible.

Por tanto, nadie reclamará la reforma del sistema educativo actual porque el negocio fluye. Son los gobiernos, a iniciativa de sistema educativo reglado, quienes deben reaccionar y adecuar la enseñanza a las exigencias de la nueva sociedad,

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